Últimamente, me he reunido con numerosos candidatos a beneficiarse de mis servicios de planificación financiera que, acostumbrados a formalizar el típico plazo fijo con su Entidad, hoy no ven alternativa para intentar rentabilizar esos ahorros que se le van acumulando en la cuanta corriente.
Efectivamente, los inversores de perfil conservador parece que no tengan opciones, con tipos de interés y renta fija en mínimos (cuando no negativos) y sin perspectiva de cambio a corto plazo. Que el Depósito a Plazo Fijo ha muerto, ya lo tenemos asumido. Y eso ha hecho que sí o sí, veamos los fondos de inversión como única salida. Pero nos ha faltado algo de información y mucho de formación financiera.
La transición se ha hecho, en muchos casos, con fondos de inversión de renta fija y, para liarla más, con fondos de “rentabilidad objetivo” que no deja de ser un acto de fé basado en perspectivas más o menos optimistas, para tapar la imposibilidad de ofrecer productos garantizados.
¿Y qué les propongo yo a este tipo de inversores? Evidentemente, fondos de inversión -que es la única vía de comprar con un pequeño capital participaciones de múltiples empresas ó deuda pública y privada-, pero ampliando el campo de visión y buscando aprovecharse de las mejores oportunidades de los mercados. Mercados, en plural, porque una cartera bien diversificada, que invierta en diferentes tipos de activos, sectores y áreas geográficas, en la que nuestro dinero no se la juega a una sola carta, sino que atomice mucho el reparto de nuestra inversión, es la mejor garantía de preservar el capital y dormir tranquilo. Dificilmente (salvo acontecimientos graves puntuales) todos los mercados y sectores van a caer al mismo tiempo. ¿Por qué limitar nuestras posibilidades? ¿qué pasa si invierto todos mis ahorros en una importante compañía petrolera con gran tradición de rentabilidad y generosidad en el reparto de dividendos? ¿tendría sentido en un entorno en el que los vehículos eléctricos ganan terreno? Quizás no…o al menos, quizás no con todo mi capital. Ya sabes, aquello de no poner todos los huevos en la misma cesta…
El mundo está en constante evolución y, la economía (y las empresas que la conforman) han de evolucionar con él, por lo que apostar por sectores y tecnologías que ya se están imponiendo, se vislumbra como una buena opción. Eso sí, respetando el horizonte temporal de nuestra inversión. Siempre digo que el “por qué” y “para qué” ahorro (o invierto) es lo que ha de marcar el plazo y el producto a través del cual invertir. Sólo desde un profundo conocimiento del cliente, de su situación y expectativas, podremos hablar de producto.
Y, aún así, si miramos cada día la evolución de nuestra inversión, pretendiendo que ésta sea permanentemente creciente, no hemos sido bien informados (que no equivale a mal asesorados). Y es que, a menudo, es un problema de comunicación, de no llamar a las cosas por su nombre pretendiendo “camuflar” el lado menos atractivo de nuestra propuesta. Entre mis clientes, los hay que están ganando en sus inversiones (los más, afortunadamente), pero también hay quien está con rentabilidad negativa a una fecha concreta. Pero ni unos ni otros me han retirado jamás el saludo. Los unos porque están más que satisfechos y los otros porque, gracias a mi explicación inicial, son conscientes en todo momento de que los mercados son variables y todas las inversiones necesitan tiempo para maximizar su estrategia de rentabilidad. Yo soy el primero que intento enfriar euforias en tiempos de máximos, recordando a mis clientes que no siempre será así. Recuerdo una Entidad Financiera que, en épocas de pérdidas en los mercados, daba instrucciones a sus empleados para que, en caso que algún cliente preocupado solicitase un informe del estado de sus posiciones, le respondiesen que no funcionaban los sistemas informáticos. Afortunadamente, eso hoy ya no es posible, no ya por la facilidad de acceso a la información de la que, gracias a internet, disponemos, sino porque un avance en la cultura financiera de los clientes, ha obligado a profesionalizar las redes de venta, y hoy TODOS tenemos derecho y acceso a una correcta planificación financiera.
¿Quedamos la semana próxima para otro café?